sábado, 31 de enero de 2015

Rescatan a cientos de niños esclavos

 en taller de pulseras en India.


Nueva Delhi. Cientos de niños indios traficados y esclavizados para fabricar pulseras han sido rescatados por la policía durante una serie de redadas matutinas en la ciudad sureña de Hyderabad, reportó el canal de noticias local NDTV el viernes.
En un allanamiento anterior el jueves, la policía encontró 87 niños -en su mayoría varones y algunos de sólo 6 años- hacinados en un taller de fabricación de pulseras en la ciudad.
Cinco días antes, la policía encontró 220 niños al ingresar a talleres similares en otra parte de la ciudad, donde arrestó a más de 20 sospechosos.
Imágenes de televisión mostraron a los niños encerrados en una habitación donde trabajaban y dormían. Los niños, quienes estaban sentados y continuaron decorando las pulseras laqueadas incluso después de que la policía y los periodistas ingresaran al lugar, dijeron que trabajaban desde las 09:00 hasta las 22:00 horas.
"Trabajamos desde la mañana hasta la noche. No nos dejan jugar. Quiero irme a casa y decirle al empleador, pero dijeron que no me dejarían ir a casa", dijo Joginder, uno de los niños rescatados.
La policía dijo que los niños provenían en su mayoría de los estados de Bihar y Uttar Pradesh, en el noreste de India, y que los traficantes le dieron 5 mil rupias (50 dólares) a sus empobrecidos padres como pago por sus hijos.
Los niños rescatados serán enviados a un refugio hasta que sus familias puedan ser rastreadas, dijo la policía.
Sin embargo, activistas dijeron que era requerida una mayor rehabilitación, dado que es usual que los niños rescatados vuelvan a caer en el tráfico por las precarias condiciones de sus familias.
Miles de niños indios, en su mayoría de áreas rurales pobres, son llevados a la ciudad cada año por bandas de traficantes, quienes los venden para trabajo forzoso o los entregan a empleadores inescrupulosos, quienes prometen enviar sus salarios a sus padres.
La mayoría de los niños termina como empleado doméstico o trabajando en fábricas de ladrillos, restaurantes ubicados en las rutas o pequeños talleres textiles y de bordado.
En muchos casos, los niños son forzados a trabajar extensas horas bajo condiciones peligrosas. A menudo no se les paga y se extravían, y sus familias son incapaces de encontrarlos.
No existen cifras oficiales sobre el número de niños trabajadores en India. Según el Índice Global de Esclavitud del 2014, el país alberga más de 14 millones de víctimas de trata de personas.
Fuente: La Jornada, Sociedad y Justicia, 30 de enero de 2015.

viernes, 16 de enero de 2015

"Ahora hay más esclavos en el mundo que en cualquier otro momento de la historia."



Actualmente el mundo está sufriendo una recesión global, enorme desigualdad, hambre, deforestación, contaminación, cambio climático, amenaza de conflicto nuclear, terrorismo… Pero además de estos problemas del siglo XXI, todavía existen y prosperan atrocidades del pasado como la esclavitud.
Más de 60 años después de la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU que prohibió la esclavitud, en el mundo hay más esclavos que en cualquier momento de la historia de la humanidad: 27 millones de personas. Así lo revela el investigador Benjamin Skinner en su entrevista para el portal AlterNet.
Skinner, que se hizo pasar por un comprador de esclavos para profundizar y entender mejor el tema, considera que la esclavitud de hoy se centra en grandes ganancias y vidas baratas. No se trata de ser dueño de gente como antes, sino de utilizarla como herramienta fácil para hacer dinero. El precio de los esclavos, es decir, de las personas que están forzadas a trabajar en contra de su voluntad sin la posibilidad de escaparse, es miserable.
"En un burdel ilegal de Rumania me ofrecieron una chica joven con síndrome de Down a cambio de un automóvil de segunda mano. En una ciudad de Haití negociaron conmigo por una niña de 10 años por unos 100 dólares", comparte su experiencia el investigador. "Hasta en el año 1850 la vida se apreciaba más: 40.000 dólares actuales".
La mayoría de estos casos se dan en los países pobres de Asia y América Latina pero también en países desarrollados como EE.UU. Alrededor de 14.000 a 17.000 personas se trafican anualmente al país norteamericano para trabajar dentro de sus fronteras sin ninguna remuneración bajo la amenaza de violencia.
Fuente: RT. Sepa más. Fecha de Publicación: 15 de enero de 2015.

miércoles, 14 de enero de 2015

“El capital es capital donde quiera que vaya”: Entrevista a David Harvey



Que el capitalismo se presenta hoy no solamente como un sistema de desarrollo económico, sino también como una forma de organización del territorio y de nuestro modo de habitarlo, es algo que, cada vez más, se hace visible en la acelerada transformación de nuestras ciudades. La lógica de la maximización del rendimiento del suelo, reducido finalmente a la condición de una mera mercancía, moviliza constantemente la forma de éstas, sometidas al vaivén de los flujos de capital en el mercado de las inmobiliarias. Y la expulsión paulatina de las familias de bajo o moderados recursos hacia los márgenes de una ciudad desbordada es tan sólo una de las formas en que ésta condición de nuestro tiempo se traduce en un paisaje vital concreto.






La realidad material de este capitalismo internacional brutalmente neoliberalizador está y se manifiesta en una crisis agónica de la vida en la ciudad. De este modo, la necesidad de interpretar el capital desde su aspecto más material y cotidiano se hace evidente, y así, el rol de la reflexión tiene que abandonar su terreno puramente teórico para posibilitar una vuelta hacia lo común. Es decir, se debe volver la mirada a la calle, al alrededor; al crecimiento explosivo de los edificios, al terremoto macroeconómico de un uso cada vez más rentable del suelo de una ciudad cada vez más dispar.

Si en el terreno del pensamiento marxista alguien ha puesto su mirada en la cuestión de la ciudad, abriéndose al problema vital de la geografía como forma de organización del territorio, este es David Harvey. A sus 79 años, este teórico social y pensador marxista inglés sigue siendo una referencia vigente dentro del pensamiento anticapitalista, dedicado a estudiar el movimiento global de los flujos de capital y la determinación geográfica que estos operan, siendo como tal considerado uno de los principales expositores de la corriente de la geografía crítica.

Hacia principios de noviembre Harvey, invitado por la Academia de Humanismo Cristiano, estuvo en Chile para trabajar con grupos locales de geografía crítica y dar una serie de concurridas conferencias. En este contexto, y gracias al equipo del Departamento de Geografía de la misma universidad, tuvimos la oportunidad de plantearle al geógrafo inglés algunas preguntas respecto de las posibilidades de contestar el control hoy casi absoluto de los intereses capitalistas en la organización de la realidad urbana, así como sobre la condición geográfica del pensar en nuestros días.

-Carcaj: A diferencia de un pensamiento marxista a veces excesivamente sujeto a las posibilidades explicativas de sistemas puramente conceptuales, en su trabajo hay una permanente consideración de las condiciones históricas concretas: por ejemplo en el rastreo de los movimientos materiales de capital. En relación a este enfoque nos gustaría saber su perspectiva sobre el trabajo académico mismo, particularmente tomando en consideración la existencia de una cierta división internacional del trabajo de investigación, que ha dado en una suerte de obligación del pensar de la periferia a plegarse a conceptos importados desde el centro. La pregunta está principalmente pensada desde las condiciones de las humanidades, en la academia chilena al menos, donde en realidad no estudiamos nuestro pensamiento o nuestra historia más que en la medida en que somos capaces de mediar su análisis por el uso de conceptos europeos importados … Esto se expresaría en que no se permite hacer un análisis concreto de nuestra existencia política, pues se opta principalmente por importar conceptos políticos y centrarse en comentarios de textos.

-Harvey: Correcto, correcto… Bueno, que la geografía de la producción del conocimiento sea desigual es algo que debe ser reconocido: ustedes, acá, tienen que estudiar conceptos europeos, cierto, pero esto es algo que ocurre hoy para todos, en todo el mundo… Y hay que decir que a menudo esto es una buena cosa. En el sentido de que las personas en una parte del mundo llegan a algunas conclusiones, trabajan conclusiones que personas en otras partes piensan de modo muy diferente, y lo que ocurre entonces es que se abre la posibilidad de un diálogo entre estas diferentes perspectivas que es, creo yo, muy muy útil.

Pienso que obviamente en las humanidad ha habido una larga lucha, incluso en los Estados Unidos, sobre en qué medida debería la gente de humanidades estudiar la literatura africana, por ejemplo, o la china, la latinoamericana, etc…, y en este sentido ha habido un intento por alcanzar una concepción más multicultural, de modo que hoy ya no solo se estudian autores europeos, sino que autores de estos muchos países, lo que me parece importante. Pero luego, más allá de eso, hay que reconocer también que el capital es capital, donde quiera que vaya. Hay una cierta universalidad en lo que el capitalismo hace. Y esto implica una particular monotonía. Por ejemplo yo he viajado a muchas ciudades, y en Santiago a veces pienso “¿Estoy en Santiago o Sao Paulo?”, y luego en Sao Paulo pienso que estoy en Shangai, o cuando estoy en Shangai me pregunto si no estoy en New York, etc… Es decir, el capitalismo está homogeneizado, en muchos sentido. En el estilo de los edificios, por ejemplo, el estilo arquitectónico, de modo que las ciudades chinas se parecen a las ciudades estadounidenses, solo que más rápidas y grandes, y tienen barrios privados donde la gente influyente vive, como ustedes también tienen estos grandes barrios a las afueras de Santiago.

Entonces luego te preguntas en qué medida lo de aquí es diferente a lo de allá, o a lo que hay en California, y así seguimos…. Es decir, lo que está ocurriendo en esta era de globalización es una remarcable homogeneización en el estilo de desarrollo urbano; las ciudades tienden a parecerse donde quiera que vayas. Y esta es ya la realidad de la vida urbana… A mí me gusta esto. Entonces, sí, pienso que es importante conservar la máxima diversidad viva posible, en el nivel cultural; pero que no se piense por ello que de algún modo se va a estar afuera de la dinámica capitalista, no sin al menos lograr establecer un grado real de autonomía. Por eso me parece muy interesante, por ejemplo, que alrededor del mundo hayan hoy en día estos movimientos de autonomía, como en Cataluña, Escocia, o incluso en Bavaria, diciendo cosas como “queremos tener nuestra propia manera de vivir” o “queremos ser diferentes”… porque aquello que no reconocen es que no se puede ser tan diferente todo el tiempo, no cuando tienes el capitalismo…. Pero hay algo interesante ahí, algo políticamente significativo.

Yo inicialmente no apoyé la independencia escocesa, por ejemplo, pero cuando luego me fue claro que no era un movimiento nacionalista, sino uno que planteaba el deseo de crear un Estado alternativo mucho más orientado a satisfacer las necesidades de la gente, y que quería abandonar las políticas de austeridad impuestas por Bretaña, por Londres, entonces pensé, “ok. Voy a apoyar esto”. Es distinto con Cataluña, porque es la parte más rica de España. Es como si estos barrios privados decidieran abandonar el resto de la ciudad para no pagar el costo.

-Carcaj: Nosotros estábamos pensando en Santiago como un ejemplo de la regulación descentralizada del espacio propiamente capitalista, ejecutada principalmente desde el interés económico, que tiende a reproducir patrones de creciente desigualdad y segregación. Estas tendencias parecen hoy radicalizarse a un ritmo importante, por ejemplo en la eliminación de los espacios públicos abiertos y el aumento de la planificación privada de la ciudad, dirigiendo todo hacia la producción de valor capitalista, o incluso en la misma falta de una consideración explícita del problema urbano en el movimiento social. ¿Cómo resistir este proceso en marcha y cómo pensar la ciudad desde un lugar alternativo al de los intereses del capital?

-Harvey: Para mi, la única respuesta es lograr movimientos sociales vigorosos que logren articular una visión radicalmente distinta de lo que la vida urbana debiera ser. Una de las razones por las que sostengo la idea del derecho a la ciudad, es porque me parece una alternativa que permite que una gran diversidad de personas que trabajan en temas diversos, como la lucha contra la elitización de los barrios, el derecho a la vivienda, el problema de los sin hogar, puedan aparecer reunidas para decir que juntos podemos crear una perspectiva de urbanización alternativa que no esté dominada por el poder del dinero y sus crecientes mecanismos de vigilancia, los mecanismos de control efectivo e incluso de represión policial casi instantánea que vemos hoy en día. Porque en efecto lo que hoy vemos es una creciente militarización de la vida urbana; una cada vez mayor sofisticación de las fuerzas policiales, y de su armamento, el cual es usado contra la población.

 En este sentido también me parece importante sostener que tiene que haber un desarme de las fuerzas policiales. No podemos dejar que haya una fuerza que esté ahí simplemente para reprimir las protestas. Lo que debiese haber es una fuerza del lado de la población, en oposición a las fuerzas que actúan contra la población, y la conquista de este derecho depende completamente del balance del poder político. Así, en cuanto más gobiernos progresistas tengamos, que comiencen a controlar la violencia policial, más capaces seremos de comenzar a responder a estas cuestiones.

-Carcaj: Claro, la cuestión del gobierno y del Estado en general no deja de ser importantes en este problema, en el sentido de que, aunque hablemos de una suerte de planificación privada de la ciudad, lo que decíamos apunta también a la preocupación por el hecho de que hay figuras públicas involucradas en esta idea de promover más espacios de especulación urbana, de modo que desde el mismo Estado pareciera fortalecerse esta voluntad de dejar todo el control de estos temas, que antes correspondían justamente a lo que concernía a la política de un gobierno, en manos exclusivas de los intereses capitalistas.

-Harvey: Si, es un hecho que el Estado está cada vez más controlado por los intereses capitalistas de clase, y ya hace mucho Marx dijo eso que ya conocemos, que el estado es el comité ejecutivo de la burguesía… Y  en efecto, probablemente ahora más que nunca parece serlo, más de lo que lo ha sido jamás en la historia: un comité ejecutivo de los intereses de la clase capitalista. Y mientras ésta pueda controlar los procesos electorales a través del poder del dinero, entonces más, el tipo de personas que se vuelven figuras públicas, pueden hacerlo porque están enteramente respaldadas por el dinero de la clase capitalista, que les permite realizar sus programas, fundar sus partidos, etc… Hay un frase sarcástica que Marx Twain dijo ya hace tiempo, y que es que el congreso de los Estados Unidos es el mejor congreso que el dinero puede comprar. Y ahora no solo eso, sino que el gobierno, incluso, es el mejor gobierno que el dinero puede comprar. Y es el gran dinero el que lo compra. Entonces en EEUU, por ejemplo, se ha vuelto absolutamente repulsivo cómo el gobierno ha cedido su control al dinero. Pero luego la clase capitalista no solo controla al estado y a los políticos, también controla los medios de comunicación, y luego otros niveles del poder y de la sociedad, y así sigue.

En esto, pienso yo, solamente un movimiento de masas que se ponga fuertemente en contra puede lograr producir cambios, y de hecho ya hay un fuerte descontento con esta situación. Entonces, si miras lo que ocurrió en Brasil el año pasado, cientos de ciudades, millones de personas en las calles, o lo que ocurrió en Turquía, de modo bastante sorprendente considerando que en Istambul hay un poder muy autoritario, podemos ver que en los últimos quince años ha habido una serie de explosiones urbanas de descontento. Es cierto que estas explosiones hasta ahora no han sido más que explosiones, sin continuidad, pero si logran tener continuidad, lo que vamos a comenzar a ver es políticas alternativas emergiendo, las cosas que van a comenzar a verse radicalmente distintas.

En todo caso, mientras todo este descontento no logre articularse en un sólido movimiento, esto va a ser difícil, y hay que considerar también que hoy, una buena parte de este descontento en Europa está yéndose a la extrema derecha. Se puede ver así la emergencia de un movimiento fascista en Francia, en Hungría, en Grecia y también en otros países… Y si el descontento se carga hacia allá, lo que tiene que hacer la izquierda es decir ¡Hey, vengan para acá!



Fuente: marxismocritico.com / Fecha de publicación: 23 de diciembre de 2014






viernes, 9 de enero de 2015

“A propósito de las 16 tesis de economía política”: Victor Hugo Pacheco Chávez



A propósito de las 16 tesis de economía política

Enrique Dussel, 2014, 16 tesis de economía política. Interpretación filosófica, Siglo XXI, México (Filosofía).



Se pregunta el escritor inglés John Berger en uno de los artículos que componen su libro Con la esperanza entre los dientes ¿Por qué hay gente que no quiere hacerle caso a Marx, si fue él quien analizó y profetizó la devastación que vivimos ocasionada por la lógica de la ganancia? La respuesta que da me parece recoge el sentido del libro que reseño en esta ocasión: “La respuesta sería que la gente, mucha gente, ha perdido sus coordenadas políticas. Sin mapa alguno, no sabe a dónde se dirige” (Berger 2006, 89). Las 16 tesis de economía política de Dussel pretenden ser una brújula que oriente a los viajeros en su camino y que puedan llegar a su meta, la gestación de una sociedad futura, como lugar incierto:

La brújula en el presente impide ir ‘zigzagueando’, retornando, contradiciéndose permanentemente en el camino. Permite avanzar a pesar de que nadie pueda saber a qué tierra prometida llegará, pero se encaminará con seguridad porque existen los criterios y principios que permiten optar en cada decisión e ir iluminando parcialmente cada paso (Dussel 2014, 267).

Emprender este viaje se vuelve necesario, hoy más que nunca, cuando la aguda crisis económica que estamos viviendo de 2008 a la fecha, ha sobre pasado los límites económicos y se muestra como una crisis de la civilización en su conjunto. Las dimensiones de lo social que han sido afectadas por esta crisis son múltiples, aunque, cabe decir que, no todas ellas tienen el mismo origen, sino que se han recrudecido con este proceso: la dimensión medioambiental, la dimensión energética, la dimensión alimentaria, la dimensión política, la dimensión bélica. En suma tenemos una crisis multidimensional que vista en su conjunto es una catástrofe civilizatoria inédita (Bartra 2013, 25-71). Estamos pues en medio de una encrucijada histórica en donde es necesario contar con una brújula que nos de pistas de donde caminar.

16 tesis de economía política responden a la preocupación del autor de de-construir el campo de lo económico para desde ahí reemprender una relectura de la economía, como una actividad que este orientada hacia la vida. Este ejercicio de-constructor Dussel ya lo había efectuado en relación a la política, sus dos obras sobre Política de la liberación2 y sus 20 tesis de política (2006), dan cuenta de ello. Sin embargo, esto no significa que el autor piensa que los campos de lo político y lo económico sean excluyentes, sino que deben establecerse sus interrelaciones. Los trabajos mismos que hemos mencionado tienen una correspondencia que trata de apuntar en el fondo a una reflexión sobre la totalidad de lo social. Así Dussel señala en sus 16 tesis de economía política:

Hemos descrito el sistema categorial e institucional del campo y los sistemas políticos en 20 tesis de política. Ahora se hace necesario efectuar algo semejante con la economía, y, cuando sea posible como en esta tesis 15, mostrar las mutuas determinaciones de lo económico sobre lo político, y viceversa. Aquí se cifra la originalidad de estudiar articulaciones más complejas donde los aparentes términos de una relación dialéctica (lo económico y lo político) no necesariamente se sitúan cada uno como última instancia del otro, sino, de una manera no simplista o unilateral (como nos tiene acostumbrados la economía capitalista clásica y neoliberal, y también el socialismo del siglo XX), es necesario articularlos mutuamente en sus diversas determinaciones sin últimas instancias. Como veremos, lo económico determina materialmente lo político, y lo político formalmente a lo económico (Dussel, 2014: 271-272).

El libro está compuesto por cuatro momentos argumentales, en donde el autor trata de repensar las categorías económicas en su forma histórica específica y transhistórica. El primer momento argumental abarca de la tesis 1 a la 4, donde se ofrece una introducción histórica-sistemática. Este grupo de tesis se encarga de poner el acento en el aspecto transhistórico del excedente y del trabajo vivo. Nos dice Dussel que todas las sociedades han tenido que enfrentarse a la regulación del excedente, lo cual ha tenido como consecuencia que todas ellas hayan experimentado el paso de un sistema equivalencial a un sistema no-equivalencial,3 y quizá ahora que desde distintas tradiciones teórico-políticas se está discutiendo sobre “lo común”, “lo comunitario” la “common wealth” o “la comuna”, cuestión que para nuestro autor no significa otra cosa que la vuelta a la comunidad, podríamos pensar en este contexto, no sólo de debate teórico sino de lucha política, en el regreso a un sistema equivalencial global.



Este mismo paso hacía sistemas no-equivalenciales tiene como correlato el sometimiento del trabajo vivo en sistemas económicos en los cuales la vida de los seres humanos ya no es prioridad. Por ello, nos dirá Dussel: “[…] el trabajo vivo indiferenciado y como exterioridad o alteridad originaria de la totalidad) es el a priori critico que vale para todos los sistemas, en el que se incluyen los tributarios, esclavistas, feudal y otros anteriores (y posteriores) al capitalismo” (Dussel 2014, 59).

El segundo momento argumental va de la tesis 5 a la 7, en las cuales se da un primer abordaje a la crítica del sistema capitalista, teniendo como base de discusión la explotación sobre el trabajo. Una de las cuestiones que quizá pueda suscitar una discusión interesante es aquella en la cual el autor establece el aspecto transhistórico e histórico del plusvalor, pues nos dice que si bien este ha existido en todos los sistemas no-equivalenciales sólo dentro del sistema capitalista logra establecerse de manera hegemónica. Dussel en este punto se acerca a las tesis de André Gunder Frank (1993) pues sostiene que “el plusvalor ha existido por lo menos desde hace unos cinco mil años” (Dussel 2014, 87). La empatía por las tesis de Gunder Frank estriba en plantear una visión no eurocentrica del desarrollo de la economía y del dominio del capital. Cuando Dussel nos dice que del siglo XVI al XVIII Europa sigue siendo dependiente del capitalismo chino, está refiriendo a una tesis que ya había abordado en otros de sus textos (Dussel, 2007b: 195-198), y que ha tratado de ser desarrollada por José Gandarilla4 en algunos trabajos, la cual propone hablar de un sistema anti eurocentrico tipo B de 200 años.5

El tercero momento argumental abarca de la tesis 8 a la 11, donde la crítica al sistema capitalista reflexiona sobre la explotación entre capitales. Dussel se encarga en este punto de restituir el lugar de la Teoría de la Dependencia dentro del corpus de la crítica marxista. Nos dice que tal lugar debe considerarse en el marco de una “teoría marxista de la competencia”. Para Dussel aún en la competencia dentro del mercado mundial la ley del valor sigue operando, pues aunque la competencia en sí misma no crea valor, esta regula la transferencia de plusvalor. Aquí vale la pena anotar la analogía que habría entre la renta de la tierra y la competencia, es decir, ni la una, ni la otra, violan la ley del valor: el “hecho de que todo valor y valor de cambio tiene como fuente al trabajo humano” se mantiene (Dussel 2014, 171); y todos los demás fenómenos que giran alrededor de esta como el aumento de la productividad, la baja tendencial de la tasa de ganancia, el aumento del capital fijo, la oferta y la demanda, etcétera, se fundan igualmente en la ley del valor (Dussel 2014, 171). La cuestión está en que en un esquema marxista de la competencia esta tiene que forzosamente estar regulada por una instancia de autoridad colectiva.

El argumento de la tesis 12 a la 16, y el apéndice final sobre la tecnología, se inscriben en el debate sobre las posibles maneras de superar la modernidad capitalista. Un debate fuerte, que más que concluido, sigue abierto, y donde el pensamiento crítico latinoamericano se juega su vigencia ya sea en su pertenencia al programa moderno o en una tentativa de llevarlo hacia otros planos cuando la practica social y teórica exige “ir más allá de la modernidad” misma y no sólo de su sometimiento por el capitalismo. La propuesta de Dussel es clara en este sentido: no puede haber superación del capitalismo sin que esto signifique a la vez una superación de la modernidad.

Nos dice el autor de las 16 Tesis de economía política que la superación de la modernidad capitalista no es un proceso futuro del cual se encargarán las generaciones venideras, sino que la superación de este sistema puede comenzar a vislumbrarse no sólo en la crítica, aunque es parte sustancial, sino en las experiencias político-sociales que actualmente se muestran como experimentos de ir contra y más allá de la modernidad capitalista. Estas experiencias se pueden ver en la vigencia que han cobrado los sistemas de reciprocidad de las culturas originarias de nuestro continente, la economía popular en los espacios urbanos, todas esas prácticas donde los intercambios mercantiles no se dan de manera transparente y que incluso amenazan, en escala micro, a la lógica de reproducción del capital, es decir, todos esos espacios de economía informal y de reciprocidad que Aníbal Quijano (1998) a denominado como el “Polo marginal” de la economía. Pero también, en aquellos proyectos como el caso venezolano que desde el Estado tratan de profundizar en el fortalecimiento de una economía basada en la cooperación y en la solidaridad. Un punto interesante en este sentido es la importancia que el autor le concede a China, como el ejemplo de una economía de transición en la cual el capitalismo tiene que enfrentarse a distintos momentos regulativos locales, regionales y estatales.

Una preocupación que atraviesa todo el libro y que trata de buscar una resolución final en este último bloque de tesis es el hecho de que si el Estado, el mercado, el excedente, son transhistóricos no se puede pensar que en una sociedad futura ya no vayan a existir. Cualquier sistema económico en este sentido tendrá que enfrentarse a esas instituciones y a la regulación del excedente. En este sentido es que Dussel nos entrega una serie de principios normativos que deben guiar a todo sistema económico futuro. El excedente, en este sentido, deberá recobrar su sentido comunitario, cuestión que se puede ver como síntoma de una necesidad en las teorizaciones actuales sobre lo común, lo comunitario o la comunidad. El mercado debe volverse un mercado no capitalista regulado por la intervención a nivel local, regional y estatal. La planificación, pues, de la economía, será una planificación social.

Los principios normativos que propone Dussel, regulación del mercado, restablecimiento del sistema de necesidades (y no de preferencias como actualmente), la mutua determinación entre economía y ecología, la redistribución del excedente entre los miembros de la comunidad, están orientados a establecer los principios de una economía que éste orientada hacia la vida.

Dussel nos ofrece en estas 16 tesis de economía política una brújula con la que podamos navegar en medio de un mar embravecido. Una brújula que nos permita transitar durante este siglo XXI hacia un sistema equivalencial globalizado. Esta nueva edad de la economía de la que nos habla Dussel, puede pensarse como ese paso hacia la historia del que nos hablaba Marx. Una nueva edad de la humanidad que no significa la cancelación de la historia sino que nos habla de una historia que permanece abierta.

Bibliografía

Bartra, Armando, 2013, “Crisis civilizatoria”, en Raúl Órnelas (Coord.), Crisis civilizatoria y superación del capitalismo, Instituto de Investigaciones Económicas-UNAM, México.

Berger, John, 2006, Con la esperanza entre los dientes, La Jornada ediciones/Ítaca, México.

Dussel, Enrique, 2014, 16 tesis de economía política. Interpretación filosófica, Siglo XXI, México (Filosofía).

Dussel, Enrique, 2009, Política de la liberación. Arquitectónica, Vol. 2, Trotta, Madrid.

Dussel, Enrique, 2007, Política de la liberación. Historia mundial y crítica, Vol. 1, Trotta, Madrid.

Dussel, Enrique, 2007b, Materiales para una política de la liberación, Plaza y Valdés, México.

Gandarilla Salgado, José G., 2012, Asedios a la totalidad. Poder y política en la modernidad desde un encare de-colonial, ANTHROPOS/CEIICH-UNAM, España.

———————————– 2012b, “Una nueva lectura de la historia: del sistema de los quinientos al sistema de los doscientos años”, Mundo siglo XXI. Revista del CIECAS-IPN, Vol. VII, Núm. 27, 5-16.

Gunder Frank, André, 1993, “El sistema mundial de los 5.000 años. Una introducción”, en A. G. Frank y B. K. Gills (ed.), The World System. Five Hundred Years or Five Thousand?, Routledge, Londres.

Quijano, Aníbal, 1998, La economía popular y sus caminos en América Latina, Mosca Azul Editores, Perú.

1 Estudiante de la Maestría en el Posgrado de Estudios Latinoamericanos de la UNAM. Miembro del proyecto PAPITT IN400814 “El programa de investigación modernidad/colonialidad como herencia del pensar latinoamericano y relevo de sentido en la Teoría Crítica”, victor29hugo29@gmail.com.

2 Dussel, 2007 y Dussel, 2009.

3 El capitalismo, junto al esclavismo, el feudalismo, etc., sería uno de varios sistemas no-equivalenciales que han existido hasta el momento.

4 José G. Gandarilla Salgado es un académico mexicano de la UNAM, que ha dirigido sus reflexiones a la comprensión del desarrollo del capitalismo y la modernidad en América Latina, teniendo como base la crítica al eurocentrismo, la crítica de la economía política y la teoría de-colonial. En 2013 recibió la mención honorifica en el Premio Libertador Simón Bolívar al Pensamiento Crítico, uno de los mayores reconocimientos al pensamiento crítico en la región latinoamericana y que otorga el Gobierno Bolivariano de Venezuela, por su obra Asedios a la totalidad. Poder y política en la modernidad desde un encare de-colonial, cuyo capítulo 5 está basado en una larga reflexión sobre la obra de Enrique Dussel (Gandarilla, 2012: 241-294).

5 Para José G. Gandarilla cierta visión tradicional del sistema mundo nos hablaría de una hegemonía de Occidente, la cual llamaremos, antieurocentrismo de “tipo A”, que propone una lógica de dominación mundial de 500 años. Sin embargo, si se trata de proponer una lectura no eurocéntrica del despliegue y desarrollo de la modernidad capitalista, se verá que es sólo hasta el siglo XIX, con el desmantelamiento del gran Imperio Chino y del desborde del capitalismo hacia la zona oriental, que por primera vez la modernidad capitalista puede tener una pretensión de totalidad. En este sentido, lo que se propondría sería pasar de un sistema antieurocéntrico de “tipo A” hacia uno de “tipo B”, que plantearía una dominación más modesta, en términos históricos, del capital, es decir, un sistema de 200 años (Gandarilla 2012, 5-16).



Fuente: “A propósito de las 16 tesis de economía política”: Victor Hugo Pacheco Chávez. En: Marxismo crítico. URL:  http://goo.gl/5xy1te  ACTIVA. 9 de enero de  2014 




INVITACIÓN: 16 TESIS DE ECONOMÍA POLÍTICA. ENRIQUE DUSSEL.






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DESCARGA:  LA INVITACIÓN A 16 Tesis de Economía Política.



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